terça-feira, 14 de abril de 2009

Comunhão de joelhos já se dá em 3 catedrais de Espanha



Tres Catedrales españolas han vuelto, desde esta Semana Santa, a facilitar que la Sagrada Comunión pueda recibirse arrodillado, de lo cual nos alegramos. Con ello, se adhieren a la catequesis práctica de Su Santidad el Papa Benedicto XVI, quien administra la Comunión en la boca y de rodillas en sus Misas.
En la Catedral Málaga, a partir de la Misa crismal, el Obispo, don Jesús Esteban Catalá, administra la Sagrada Comunión ante un reclinatorio, en el que los fieles pueden arrodillarse al recibirla.


En la Catedral de Toledo, su Administrador Apostólico, el Cardenal don Antonio Cañizares ha dispuesto la reposición del comulgatorio.
Por último, en la Catedral Castrense de Madrid, el pasado Domingo de Resurrección se colocó también un reclinatorio para administrar la Comunión en la Misa de 12, la principal, por decisión del Arzobispo Castrense, don Juan del Río; mientras se estudia la posibilidad de reponer el antiguo comulgatorio que existía en el templo (cuando era convento de monjas, antes de ser convertido en catedral castrense).


Varios lectores nos hacen las siguientes reflexiones. Un amigo de Valencia nos hace notar que dos de los obispos que rigen las citadas diócesis son valencianos. Y que a ellos no les resulta extraño el uso de comulgatorios porque en la Catedral de Valencia no se han quitado nunca. Siempre ha habido dos comulgatorios (para cuatro o cinco personas cada uno) al centro. Y que de hecho, en la Catedral de Valencia siguen comulgando muchas personas de rodillas.


Otro amigo, de Madrid, pone el acento en que el comulgatorio con su correspondiente barandilla es preferible al reclinatorio. Los fieles se van arrodillando y esperan la Sagrada Forma en oración, y no guardando una cola, y además la distribución se hace con mayor rapidez. La cuestión es que los sacerdotes jóvenes aprendan a usar el comulgatorio, ya que son ellos los que han de moverse administrando la comunión.
También nos da la explicación del privilegio de usar palmatoria en la Misa, que acompaña a la distribución de la Comunión. Se trataría de una especial concesión a España por haber llevado la luz de la Fe a América.
Fonte:Una Voce Malaga