domingo, 5 de julho de 2009

Monseñor Catalá va a ser mundialmente conocido.


Los obispos, salvo casos muy concretos, no suelen ser demasiado conocidos. Ni siquiera por los católicos de sus respectivas diócesis. No digamos ya fuera de ellas y menos todavía fuera de las fronteras nacionales. Si en España mucha gente identifica al momento nombres como Rouco y Cañizares, ya son menos las que sitúan a Amigo, Osoro o Uriarte y escasísimos los que saben responder acertadamente si les preguntan por Manuel Sánchez Monge, Julián López Martín o Vicente Juan. Y de muchos otros, unque respondan algunos a nombres tan recordables como Atilano o Ciriaco.

Don Jesús Catalá, obispo de Málaga, es de los obispos que más suenan entre los que suenan poco. Seguramente por ser o haber sido titular de dos diócesis con mucha población. Ayer Alcalá de Henares y hoy Málaga. Pues de la noche a la mañana se ha hecho bastante conocido. Por su negativa a que en su diócesis se pueda celebrar la misa según el modo extraordinario.

Una Voce Málaga recoge los ecos de su decisión en diversas páginas de internet y hasta el momento señala las siguientes:

Infocatólica
La cigüeña de la torre
Fides et ratio
Una Voce Córdoba (Argentina)
Benedicamus Domino
Roma Aeterna
Secretum meum mihi
Cor ad cor loquitur
Santa Bárbara de la Reina (Chile)
In diebus illis
Camineo.info

Y seguro que no son todas las que, en España o fuera de ella, se han hecho eco de la decisión episcopal. Estoy convencido de que la lista se va a incrementar.

Un obispo español del que se está hablando hoy en diversos lugares del mundo. Y no en todos bien.

Yo no me apunto a la desautorización de monseñor Catalá. Creo que adoptó una decisión equivocada pero estoy convencido también que tiene otras muchas virtudes episcopales que no desaparecen por su negativa a la misa tradicional.

Pero me cuesta trabajo entender como en días en los que se consiente todo, y entre ello muchas cosas que deberían ser inconsentibles, se adopta una militancia digna de mejor causa contra algo que el Papa quiere.

No soy ningún fanático de la misa tradicional como lo prueba que habitualmente no asisto a ella. Pero no entiendo la inquina episcopal contra la misma. Cabe que un obispo piense que aquellos fieles que la solicitan son un grupo pequeñísimo, de escasísima o nula representación diocesana. Puede incluso no simpatizar con esa llamémosla sensibilidad eclesial. Sin embargo, también es padre de esos y no debe dar piedras a los que le piden pan.

En su diócesis los domingos se celebrarán seguro más de mil misas. Ya resulta cicatero, por no emplear otro calificativo, negar una, sólo una, a quienes quieren acudir a una misa que el Papa quiere que se permita. Y que es tan santa como la otra.

¿Qué duda sobre la estabilidad del grupo solicitante? Pues sea generoso y no rácano. Permita que se celebre esa misa y si a los dos meses no acude nadie se morirá sola. No la mate usted. No sea el asesino de una misa. Que, además, tiene la seguridad de que va a celebrarse mucho más dignamente que muchas de las que se celebran en su diócesis. No digo que todas. Porque seguro que en Málaga hay misas según el novus ordo dignísimamente celebradas. Pero alguna habrá tipo Entrevías o que se aproximan a él. Sobre las que calla el obispo. Sólo es la tradicional la que le produce erisipela.

Pues ya ve la que ha armado. Y la que va a seguir. Porque a la gente le repatea mucho que le nieguen sus derechos. Y usted se ha convertido, no sé si con mucha advertencia o escasa, en un obispo repateador. No sólo ante los ojos de los malagueños sino ante los de todo el mundo.

En el ranking de los obispos más opuestos al Motu Proprio de Benedicto XVI usted ha conseguido, de la noche a la mañana, uno de los lugares más destacados. Estoy convencido de que no era esa su intención y de que se siente proximísimo al Santo Padre. Pero, pese a ello, ha metido la pata. En usted está el ver como la saca. Si quiere. Pero, si no quiere, no se queje de que se lo recuerden.

P. D.: A la lista reproducida hay que añadir, de momento:

Embajador en el infierno
Motu Proprio

fonte:la cigueña de la torre