sábado, 27 de novembro de 2010

Hoy es la Fiesta de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa

NUESTRA SEÑORA DE LA MEDALLA MILAGROSA



Santa Catalina Labouré
ORIGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA



Santa Catalina LabouréLAS DOS APARICIONES ORIGEN DE LA ADVOCACIÓN DE LA SANTÍSIMA
VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA A SANTA CATALINA LABOURÉ EN PARIS (FRANCIA)


PRIMERA APARICIÓN

En la calle del Bac, número 140, en pleno centro de París, está la casa madre de la Compañía de las Religiosas Hijas de la Caridad, que fundaran san Vicente de Paúl y santa Luisa de Marillach.

En esta casa habitaba en 1830 una novicia llamada sor Catalina Labouré, a quien la Santísima Virgen confió un mensaje salvador para todos los que con confianza y fervor lo aceptaran y practicaran.

Leamos el mensaje escrito por la misma santa Catalina Labouré.

"La noche del 18 de julio de 1830, a eso de las 23'30, me oí llamar: "¡Sor Labouré, sor Labouré!" Desperté y miré el lado de donde venía la voz, y veo un niño vestido de blanco, de unos 4 a 5 años, que me dice: "VENGA A LA CAPILLA." Me levanté y guiada por el niño me fui a la capilla: la puerta se abrió apenas el niño la tocó con la mano. Sentada en un sillón, junto al altar, estaba la Virgen. Yo dudaba que fuese la Virgen. Pero el niño me dijo: "¡ESA ES LA SANTA VIRGEN!" Entonces la miré y di un salto hacia ella, arrodillándome a sus pies y poniendo las manos sobre sus rodillas. Me dijo:


"HIJA MíA, EL BUEN DIOS QUIERE ENCOMENDARTE UNA MISIÓN. TENDRÁS MUCHAS PENAS QUE SUPERARÁS, PENSANDO QUE LO HACES POR LA GLORIA DEL BUEN DIOS.

VENID A LOS PIES DE ESTE ALTAR: AQUÍ SE DISTRIBUIRÁN LAS GRACIAS A TODOS CUANTOS LAS PIDAN CON CONFIANZA Y FERVOR."

La Virgen mostró su deseo de que se fundara la Asociación de las Hijas de María, para celebrar el mes de mayo a ella dedicado, con gran solemnidad. Me dijo: "YO GUSTO MUCHO DE ESAS FIESTAS Y CONCEDO MUCHAS GRACIAS."

Dijo esto y desapareció por el lado de la tribuna.

Me alcé de las gradas del altar y observé al niño donde lo había dejado. Me dijo: "SE HA IDO."

Volví al lecho a las 2 de la mañana, oí dar la hora, pero ya no me dormí. "


SEGUNDA APARICIÓN

Leamos la aparición y el mensaje que en ella se nos comunica, escrito por la misma santa Catalina Labouré.

El día 27 de noviembre de 1830, a las 5'30 de la tarde, en medio de un profundo silencio, de nuevo la Virgen se le aparece a sor Catalina Labouré, al pie del mismo altar, de pie sobre la esfera del mundo a sus plantas con un globo en las manos, y le dijo:

""ESTE GLOBO QUE VES REPRESENTA EL MUNDO ENTERO Y CADA ALMA EN PARTICULAR."

La figura de la Santísima Virgen estaba llena de tanta belleza, que yo no podría describirla.

Advertí que sus dedos se llenaban de anillos y piedras preciosas, y los rayos de luz que de ellos salían se difundían por todas partes.

Se me dijo:

"ESTOS RAYOS DE LUZ SON EL SÍMBOLO DE LAS GRACIAS QUE LA SANTÍSIMA VIRGEN CONCEDE A TODOS LOS QUE SE LAS PIDEN."


Se formó un cuadro un poco ovalado alrededor de la Santísima Virgen con una inscripción con letras de oro que decía:

iOH MARÍA SIN PECADO CONCEBIDA, ROGAD POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A VOS!

"HAZ ACUÑAR UNA MEDALLA IGUAL A ESTE MODELO. TODAS LAS PERSONAS QUE LA LLEVEN CON CONFIANZA, COLGADA AL CUELLO, RECIBIRÁN GRANDES GRACIAS.""

En el reverso de la medalla debía colocarse la letra M y encima una cruz, añadiendo en la parte inferior dos corazones: uno coronado de espinas y otro traspasado por una espada. Símbolo de los corazones de Jesús y de María.

Una vez acuñada la medalla, y propagada profusamente, los acontecimientos dieron pruebas del origen divino de su mensaje.

A vista de los hechos extraordinarios, el Arzobispo de París Mons. de QUELEN mandó hacer una investigación oficial sobre el origen y los hechos de la Medalla de la Calle del Bac. He aquí la conclusión:

"La rapidez extraordinaria con la cual esta medalla se ha propagado, el número prodigioso de medallas que han sido acuñadas y distribuidas, los hechos maravillosos y las Gracias singulares que los fieles han obtenido con su confianza parecen verdaderamente los signos por los cuales el Cielo ha querido confirmar la realidad de las apariciones, veracidad del relato de la vidente y la difusión de la
medalla".

Y en Roma, en 1846, como consecuencia de la ruidosa conversión del Judío Alfonso de Ratisbona, el Papa Gregorio XVI confirmaba con toda su autoridad las conclusiones del Arzobispo de París.


Llevar la santa medalla es proclamar nuestra fe en la súplica de la Santísima Virgen María, como medianera universal ante la presencia de Dios.
LOURDES Y LA MEDALLA MILAGROSA

La Medalla, Milagrosa es conocida en el mundo entero . Pero con frecuencia se ignora que las apariciones de la Capilla de la Calle del Bac prepararon los grandes acontecimientos de Lourdes.
"La Señora de la Gruta se me ha aparecido tal como está representada en la Medalla Milagrosa", declaró Santa Bernadita. que llevaba al cuello la Medalla de la Calle del Bac.

La invocación de la Medalla. . "OH MARÍA SIN PECADO CONCEBIDA, ROGAD POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A VOS", difundida por todas partes por la Medalla Milagrosa, suscitó el gran movimiento de fe que "movió al Papa Pío IX en 1854, a definir el dogma de la Inmaculada Concepción. Cuatro años después,. la aparición de Massabielle confirmaba de manera inesperada la definición de Roma.

En 1954, con ocasión del centenario de esta definición, la Santa Sede hizo acuñar una medalla conmemorativa. En el reverso de la misma, la imagen de la Medalla Milagrosa y la de la gruta de Lourdes, asociadas estrechamente, ponían de relieve el lazo íntimo que une las dos apariciones de la Virgen con la definición de¡ dogma de la Inmaculada Concepción..

Lo, mismo que Lourdes es una fuente inagotable de Gracias, la Medalla Milagrosa es siempre el instrumento de la incansable bondad de la Santísima Virgen con todos los pecadores y desdichados de la tierra.

Los Cristianos que sepan meditar su significado encontrarán en ella el simbolismo de toda la doctrina de la Iglesia sobre el lugar providencia¡ que María ocupa en la Redención, y en particular su mediación universal.
CONTENIDO DE LA MEDALLA MILAGROSA

ANVERSO DE LA MEDALLA

María Inmaculada

María Medianera Universal

María Tipo y Modelo de la Iglesia

Maria Reina del Universo

María Asunta al Cielo



reversomedallamilagrosa.jpg (29672 bytes)REVERSO DE LA MEDALLA

Maternidad Divina de Maria

Maria nueva Eva

María Corredentora

María Madre de la Iglesia



ANVERSO Y REVERSO DE LA MEDALLA

Virginidad de María

María Madre Espiritual de todos los hombres

SANTO ROSARIO DE JACULATORIAS
SANTO ROSARIO DE JACULATORIAS

Por la señal de la Santa Cruz...

Felicitemos a la Santísima Virgen por el singular Privilegio de su Concepción Inmaculada.

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea.

Pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza.

A ti celestial Princesa, Virgen sagrada María

Te ofrezco, en este día, alma, vida y corazón.

Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía.

Atendiendo el deseo de la Virgen Santísima Milagrosa: recemos con confianza y fervor las siguientes...

INVOCACIONES AL DULCÍSIMO NOMBRE DE MARÍA

PRIMERA INVOCACIÓN

Madre mía amantísima, Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa, en todos los instantes de mi vida acordaos de mí, miserable pecador.

Padre nuestro que estás en el cielo... Diez jaculatorias. ¡Oh María sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos!

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

SEGUNDA INVOCACIÓN

Acueducto de las divinas gracias, Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa, concededme abundancia de lágrimas para llorar mis pecados.

TERCERA INVOCACION

Reina de cielos y tierra, Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa, sed mi amparo y defensa en las tentaciones de mis enemigos.

CUARTA INVOCA CIÓN

Inmaculada, Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa, alcanzadme de vuestro Santísimo Hijo las gracias que necesito para mi salvación.

QUINTA INVOCACIÓN

Abogada y refugio de nosotros pobres pecadores, Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa, asistidme en el trance de la muerte y abridme las puertas del cielo.

Pídase la gracia que por intercesión de la Santísima Virgen se desee alcanzar...

Y denle gracias por las ya obtenidas.


Ruega por nosotros Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar y gozar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

ORACIÓN:

Señor nuestro Jesucristo, que quisisteis honrar con innumerables milagros a vuestra Madre la beatísima Virgen María, inmaculada desde el primer instante de su concepción, concédenos que, implorando siempre su patrocinio, consigamos los goces eternos. Por Jesucristo nuestro Señor. Así sea.

Acudamos a la maternal protección y amparo de la Santísima Virgen con la siguiente súplica (de San Bernardo):

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestra asistencia y reclamando vuestro socorro, hayan sido abandonados de Vos. Animado con esta confianza, a Vos también acudo, ¡oh Virgen Madre de las vírgenes!, y, aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, ¡oh purísima Madre de Dios!, mis humildes súplicas, antes bien escuchadlas y atendedlas favorablemente.

(REZADA 0 CANTADA)

Salve Regina Mater misericordie...


LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA, UNA MADRE PARA TODOS

Niños, jóvenes, adultos (solteros o solteras, casados, viudos o viudas, ancianos o ancianas, sacerdotes, religiosos o religiosas).

Cualquiera que sea tu estado actual, ten presente que has nacido para salvarte. Y que para ello, lo mismo que en lo natural necesitas el cuidado solícito de una madre desde que naces, continuando en la infancia, juventud, pubertad, madurez y más especialmente en la ancianidad, necesitas también una madre en lo espiritual.

Esta madre la tenemos por expreso deseo de Jesucristo Redentor, que nos la legó en firme testamento firmado y sellado con su sangre desde la cruz redentora.

El parto fue dolorosísimo, pero la humilde esclava del Señor, que aceptó ser madre del Salvador en Nazaret, acepta ahora la maternidad corredentora que se le encomienda en favor de toda la humanidad.

El día 27 de noviembre de 1830 la bondadosa, solícita y buena madre del cielo, le mostró a santa Catalina Labouré, con una visión, grabada con letras de oro, la jaculatoria ¡OH MARÍA SIN PECADO CONCEBIDA, ROGAD POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A VOS!, que tú terminas de rezar cincuenta veces. Esta jaculatoria, junto con llevar colgada al cuello la Medalla Milagrosa que también se le mostró , te garantiza es promesa de la Virgen vivir bien, morir en paz con Dios y salvarte.

Las gracias y favores que la Santísima Virgen concede a los que practican esta devoción son incontables. ¡PRUÉBALO!

 ACTO DE CONSAGRACIÓN



CONSAGRACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA
Áncora de salvación eterna que la Santísima Virgen nos tiende misericordiosamente


ACTO DE CONSAGRACIÓN

¡Oh Virgen Santísima, Madre de Dios y Madre de los hombres y de las mujeres: Reina y defensora nuestra SANTÍSIMA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA!

Venimos aquí para " CONSAGRARNOS A VOS ANTE ESTE ALTAR Y VUESTRA ESCOGIDA IMAGEN", y ofreceros el homenaje de nuestra vida y de nuestro amor; para felicitarte, como hijos tuyos, por los incomparables privilegios con que Dios te adornó desde el primer instante de tu concepción inmaculada, y para alegrarnos contigo por la gloria sublime de que ahora gozas en el cielo.

Un día feliz, admirada ante la bondad de Dios que acababa de hacerte Madre suya, dijiste aquellas palabras de divina inspiración: <>

Nosotros queremos cumplir ahora la parte que nos corresponde en esta profecía triunfal, y proclamamos tus glorias y te bendecimos por ellas con todo el fervor de nuestros corazones enamorados de tu hermosura y santidad.

Bendita seas, Santa María, por tu Concepción Inmaculada y por tu Maternidad Divina; por tu santidad y por tu poder de mediadora universal; por tu piedad y tu misericordia.

Tu nunca te olvidas de que has sido levantada hasta el trono de Dios, no sólo para tu gloria, sino también para nuestra salvación; no te olvides de que Dios te ha llevado al cielo en cuerpo y alma, para que así intercedas mejor por nosotros, pobres pecadores.

Llenos de confianza en tu poder y en tu bondad, y sabiendo que, como Madre buena, oyes los ruegos de tus hijos y de tus hijas, te suplicamos con todo el fervor de nuestro corazón, que no nos dejes de tu mano, porque, si tú nos dejas, nos perderemos para siempre.

¡No nos abandones y danos fortaleza, Santa Madre de Dios!

Para luchar contra las malas inclinaciones de nuestra naturaleza, herida por el pecado.

Para dominar las miradas peligrosas, y para impedir las conversaciones atrevidas.

Para apartarnos de compañías que nos lleven al pecado; para cumplir decididamente nuestros deberes de trabajo y estudio.


Para ser buenos y leales con los que convivimos y amigos, caritativos y atentos con los pobres y los enfermos, constantes y devotos en la recepción de los sacramentos de Confesión y Comunión.

Danos fortaleza para luchar y vencer;

¡Oh celestial vencedora de todas las batallas de Dios!

Y concédenos que los que hoy nos hemos reunido ante Ti para haceros entrega de todo nuestro ser mediante esta consagración, cantar tus alabanzas y pedir tu protección, nos reunamos un día en la gloria del paraíso para ofrecer contigo nuestro amor a tu Hijo y Señor Jesucristo, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos.

El áncora de salvación que la Santísima Virgen nos tiende a nosotros y ahora para nuestra santificación y posterior felicidad en el cielo, es:

Primero

El rezo diario y devoto del Santo Rosario.

Segundo

La consagración personal y sincera de todo nuestro ser al Inmaculado Corazón de la Santísima Virgen.

Tercero

Llevar puesta la medalla de la Santísima Virgen Milagrosa, como señal externa de la consagración.

Si lo cumplimos como la Santísima Virgen lo pide y desea, el éxito final del bien sobre el mal está asegurado.

Lo ha prometido la Virgen, que nunca deja de cumplir sus promesas, con estas proféticas palabras:

"AL FINAL, MI CORAZÓN INMACULADO TRIUNFARÁ."


LA CONSAGRACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN
MARÍA, EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA

La entrega total de las personas por medio de la consagración a la Santísima Virgen María, ha sido práctica piadosa, usada desde antiguo en la Iglesia.

Se consagraron San Buenaventura, San Bernardo, Santa Matilde, San Bernardino de Sena, y otros...

En 1647, San Juan Eudes se consagraba al Inmaculado Corazón de María, junto con sus religiosos.

En 1700, era San Luis María Grignión de Montfort, quien hacía lo mismo: agregando a la consagración el de esclavo de la Santísima Virgen María.

LA SANTÍSIMA VIRGEN PIDE LA CONSAGRACIÓN A SU INMACULADO COPAZÓN

Parece ser que esta devoción había decaído prácticamente en la Iglesia, de su primitivo fervor.

El día 13 de julio de 1917 era la misma Santísima Virgen la que en una aparición a tres niños pastores en Fátima (Portugal) les decía entre otras cosas que para salvar las almas de los pecadores, quería el Señor establecer en el mundo la devoción a su Inmaculado Corazón: prometiendo la conversión de Rusia y la paz del mundo, mediante la consagración a su Inmaculado Corazón.

Que volvería para decir cómo se tenía que hacer.

En el mes de Junio de 1929, en la capilla de las religiosas Doroteas de Tuy (Pontevedra) de nuevo la Virgen se aparece a la hermana Lucía al pie de una desgarradora visión, y le dice: "HA LLEGADO LA HORA QUE DIOS PIDE AL SANTO PADRE QUE EN UNIÓN CON TODOS LOS OBISPOS DEL MUNDO HAGAN LA CONSAGRACIÓN DE RUSIA EN PARTICULAR, Y DEL MUNDO EN GENERAL, A MI INMACULADO CORAZÓN, PROMETIENDO SALVARLOS POR ESTE MEDIO."

En el año 1984, el Papa Juan Pablo II, junto con todos los obispos del mundo, hizo esta consagración en la plaza de San Pedro en Roma, delante de la imagen de la Virgen de Fátima, llevada desde su Santuario de Portugal para este acto exclusivamente.

DE:http://webcatolicodejavier.org/medallamilagrosa.html