domingo, 10 de abril de 2016

Amoris Laetitia: Cómo camuflar el sacrilegio eucarístico entre 262 páginas





La reciente exhortación papal “Amoris Laetitia” efectivamente abre la puerta a los divorciados recasados a la Comunión Eucarística, como han publicado las cabeceras de los medios seculares, ante la incredulidad y hasta la indignación de los católicos de a pie contra éstos. Y se comprende, ya que el extenso documento incluye muchos conceptos y consejos aprovechables y totalmente en concordancia con las enseñanzas de la Iglesia, que lleva a pensar en las buenas intenciones de Francisco y más cuando éste y sus adláteres han repetido que no se va a cambiar la doctrina, (cuando al final es lo que han hecho). En el capítulo 8 de A.L, en unas pocas líneas como de contrabando, y distorsionando también citas de Juan Pablo II por incluirlas mezcladas e incompletas, se da a entender que a los divorciados se les debe permitir las relaciones intimas cuando no hacerlo comprometería su fidelidad y eso perjudicaría a la prole.

La omisión de Bergoglio es ningunear la norma de la Iglesia, para los divorciados y vueltos a casar que quieran comulgar: la condición de que vivan sin tener relaciones sexuales. 
Léanlo ustedes mismos:  Nº 298. Capítulo 8 de Amoris L:


"Existe el caso de una segunda unión consolidada en el tiempo, con nuevos hijos, con probada fidelidad, entrega generosa, compromiso cristiano, conocimiento de la irregularidad de su situación y gran dificultad para volver atrás sin sentir en conciencia que se cae en nuevas culpas. La Iglesia reconoce situaciones en quecuando el hombre y la mujer, por motivos serios, —como, por ejemplo, la educación de los hijos— no pueden cumplir la obligación de la separación ».329 
N329  (lo incluye como cita de Juan Pablo II, Familiaris consortio y a renglón seguido lo une con parte de otra cita  de Gauddium S:): "En estas situaciones, muchos, conociendo y aceptando la posibilidad de convivir como hermanos » que la Iglesia les ofrece, destacan que si faltan algunas expresiones de intimidad «puede poner en peligro no raras veces el bien de la fidelidad y el bien de la prole » (Gaudium et Spes 51).

Como se ve al leer las citas originales de JP II, Amoris L tergiversa el contenido:

1. JPII: Si es que por motivos serios (educación de la prole) no deben divorciarse/separarse, sí que deben vivir en continencia sexual (Fam Consortio)

2. JPII dice que para algunos esposos (no se refiere a divorciados) a veces la continencia periódica para retrasar o impedir nuevos embarazos puede conllevar dificultades para mantener la fidelidad y repercutir en el bien de la prole. No es la excusa que pone Bergoglio para que los divorciados no se separen


CITA COMPLETA DE JP II Familiaris Consortio, e, 84:

La Iglesia, no obstante, fundándose en la Sagrada Escritura reafirma su práxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez. Son ellos los que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía. Hay además otro motivo pastoral: si se admitieran estas personas a la Eucaristía, los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la


Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio. 

La reconciliación en el sacramento de la penitencia —que les abriría el camino al sacramento eucarístico— puede darse únicamente a los que, arrepentidos de haber violado el signo de la Alianza y de la fidelidad a Cristo, están sinceramente dispuestos a una forma de vida que no contradiga la indisolubilidad del matrimonio.Esto lleva consigo concretamente que cuando el hombre y la mujer, por motivos serios, —como, por ejemplo, la educación de los hijos— no pueden cumplir la obligación de la separación, «asumen el compromiso de vivir en plena continencia, o sea de abstenerse de los actos propios de los esposos».(180) 

CITA COMPLETA DE JP II GAUDIUM SPES:
51. El Concilio sabe que los esposos, al ordenar armoniosamente su vida conyugal, con frecuencia se encuentran impedidos por algunas circunstancias actuales de la vida, y pueden hallarse en situaciones en las que el número de hijos, al menos por ciento tiempo, no puede aumentarse, y el cultivo del amor fiel y la plena intimidad de vida tienen sus dificultades para mantenerse. Cuando la intimidad conyugal se interrumpe, puede no raras veces correr riesgos la fidelidad y quedar comprometido el bien de la prole, porque entonces la educación de los hijos y la fortaleza necesaria para aceptar los que vengan quedan en peligro.



Otra afirmación reprobable de A L es la que trata las relaciones de pareja en situación irregular y la Comunión: En el nº305 dice Bergoglio: “Por ello, un pastor no puede sentirse satisfecho sólo aplicando leyes morales a quienes viven en situaciones irregulares, (…). A causa de los condicionamientos o factores atenuantes, es posible que, en medio de una situación objetiva de pecado (—que no sea subjetivamente culpable o que no lo sea de modo pleno— se pueda vivir en gracia de Dios, se pueda amar, y también se pueda crecer en la vida de la gracia y la caridad, recibiendo para ello la ayuda de la Iglesia.351.

Este nº351 dilucida cuáles son las ayudas de la Iglesia a los que viven en situaciones irregulares
Cita textual:351 En ciertos casos, podría ser también la ayuda de los sacramentos.

Está así concediendo que, las personas que viven cohabitando, o en un segundo matrimonio (civil) y en adulterio, sin intención de dejar de hacerlo y por tanto en pecado mortal contra el 6º Mandamiento, puedan confesarse y comulgar. Por tanto se permite la comunión sacrílega.  
Igualmente destaco, sigue Francisco en el nº 351,  que la Eucaristía «no es un premio para los perfectos sino un generoso remedio y un alimento para los débiles» (Evangelii Gaudium). 


El trasfondo de "Alegría del amor" se evidencia en la alegría que manifestaron los cardenales modernistas Schönborn y Baldisseri en la presentación de la exhortación consecuencia una revolución hecha de tapadillo que pasará desapercibida para muchos y otros tragarán sin darse cuenta entre las numerosas páginas. 

Los pecados contra el sexto Mandamiento de fornicación y adulterio, ya no son objetivamente pecado, (aunque para ello se manipulen citas de anteriores papas) y la Iglesia les debe ayudar a sus protagonistas (a condenarse) facilitándoles los sacramentos.

María Ferraz

Leer exhortación completa: